Por fin, algo cambió de un segundo a otro, a 4 días de distancia aún no logro comprender que fue lo que sucedió...
Enero 27, el largo camino llegaba a su final, como si una bendición de los Dioses se hubiera posado sobre el grupo de guerreros Yaquis, inspirados, completamente convencidos y llenos de orgullo salieron al campo de batalla, dispuestos a defender los colores de la tribu y a terminar de una vez por todas con aquel veloz animal el venado, mismo que en los ultimos años había dominado casi por completo todo el territorio del pacífico, esta vez las estrategias del Jefe Yaqui funcionaron, uno a uno se acomodaron los guerreros hasta cubrir completamente el territorio en forma de diamante, el venado, simplemente no pudo lucir. Poco a poco se fueron debilitando, cuatro estocadas fueron suficientes, qusieron defenderse rasguñando levemente en una ocasión a los guerrilleros, pero la valentía, el carácter y la garra salieron a flote y se levantaron hasta salir victoriosos.
Veintisiete años habían pasado desde la última victoria de la tribu en este terreno, algunos dicen que un brujo yaqui les aconsejó dejarse la barba para acabar con lo que llamaban una maldición, la verdad es, que con barba o sin barba, esta tribu estaba dispuesta a dar el todo por el todo, no importando el rival que tuvieran enfrente, y les fue recompensado.
Al final, un banquete para festejar, plato fuerte el venado, bañado con salsa de tomate y caña que habían recolectado de batallas anteriores, jugo de naranja recolectado de los huertos que quedaron en el olvido semanas atrás, sotol, vino y cerveza, gritos, alaridos y fiesta, todo fue felicidad ese domingo...Dicen que algunos siguen festejando, seguro estoy que así es, y que así será por mucho tiempo...